lunes, 28 de marzo de 2016

TIERRA, ALMA DE TEMPRANILLO

El bisabuelo de Fidel, Carlos y Rodrigo ya se crío entre viñas y su abuelo fue fundador de la Cooperativa de Labastida en el año 1964. Ya en 1990, su padre, Fidel, decidió dar el gran salto y empezar a elaborar vinos propios, ya que el régimen cooperativista no funcionaba del todo bien por aquella época.
Es en el año 1999 cuando entran a dirigir el negocio los tres hermanos. Es entonces cuando comienzan a elaborar los vinos que tenían en la cabeza y a conocer sus viñedos. Actualmente poseen 24 hectáreas en propiedad y otras 26 de tres productores tradicionales, todas ellas ubicadas en el término municipal de Labastida. Elaboran nueve etiquetas diferentes y exportan el 85% de la producción, estando presentes en 22 países, desde Estados Unidos a Vietnam.
“En nuestra bodega lo que estamos haciendo es desandar el camino. Estamos en la búsqueda de dar con lo que hacían nuestros abuelos... respetamos el suelo, abonamos con estiércol, no utilizamos venenos ni herbicidas para que nuestra tierra muestre su franqueza y que cuando probéis uno de nuestros vinos, sepáis y encontréis en la copa nuestras señas de identidad”, nos apuntó Carlos Fernández en una primera declaración de intenciones.



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