martes, 11 de febrero de 2014

LA CASA DEL PATRÓN, MEJOR QUE EN TU CASA

Esta casona rehabilitada y reconvertida en Hotel, ubicada en la localidad alavesa de Murgia, alberga una barra con pintxos de premio

En La Casa del Patrón se celebrarán las I Jornadas de Alta Gastronomía en Miniatura durante el 24 y 25 de febrero.

Fotografía: Diego Garanda
Texto: Roberto Alonso
En la Sala de Control y Redes: Nacho Ruiz
La sencillez de una fritura ensalza la barra de La Casa del Patrón.




La localidad de Murgia (Álava) nos da la bienvenida a Euskadi. Un infortunado suceso en el pueblo hace que en el ambiente flote un ánimo de tristeza, pero a pesar de ello en La Casa del Patrón nos acogen con amabilidad  y una sonrisa que permite relajarnos sintiéndonos como en casa. Una vez instalados en las habitaciones bajamos al bar donde aparecen los primeros platos y pizarras con variados bocados anunciando la hora del zurito, de la charla y el vino.

Exterior de la casona y montaje de la barra.



La sabiduría de nuestros organismos ordena salibar al contemplar las pequeñas piezas de felicidad. Mientras, ambas piernas se mueven en alternancia provocando un desplazamiento hacia adelante y un codo se perfila como ariete, apoyándose sobre la barra  para romper la distancia con nuestros hipnotizados cuerpos. La verdad sea dicha, no estoy tan seguro de que estas reacciones sean tan sabias por parte de nuestro organismo, a mí, más bien, me resultan bobas, pero hay que reconocer que se resuelven con unos momentos fantásticos.


Un trago para una manifestación de Fritura.
Nos sirven unos vinos y alguna cerveza que nos sitúa en la hospitalidad de esta casa, mientras desentumecemos las piernas tras el viaje paseando por la barra y mirando la oferta. No pueden faltar las afamadas Gildas, que puedes usarlas para dar el pistoletazo de salida si te pegas un festín de miniaturas. Algo tan sencillo como una Fritura, cobra una importancia cuando está bien ejecutada y su presencia es reivindicativa. Y es que en muchos sitios de Euskadi es típico degustar este variado frito que en otras partes desdeñamos como algo de bajo perfil.



Gildas de Piparras, aceitunas y anchoa.

Tortillas variadas de chorizo y pimientos o de ajos frescos, la sencillez de una tartaleta o la suavidad aportada por el aceite de oliva en las gildas desfilan ante nuestros ojos. Tarros de yogur encierran una vinagreta aliñando bonito, anchoa y tomate confitado, haciendo compañía a pintxos de ahumados. Sencillos pero apetitosos... Menesteres que debemos abandonar si queremos degustar la posterior cena.



Jugosas tortillas pintan pizarras, en este caso de pimientos y chorizo.
Es muy común escuchar a infinidad de gente que comer a pequeños bocados no le resulta igual de gratificante que zamparse dos platos como mandan los cánones. En ese sentido reconozco algunos ejemplos, como el de un plato de buenos torreznos carnosos y bien elaborados. Es muy difícil parar de morderlos para dar paso a otro menester. Pero hay que educar al comensal a superar cierta gula para poder degustar diferentes sensaciones sin que parta de su silla con sensación de hambre. Merece la pena.

Una sopita de ajo (zuiana), con sus ingredientes finamente picados pero bien diferenciados al ser cocinados, nos calienta el pico de manera hogareña. Si no fuera porque anteriormente tuvimos el gran placer de conocer al responsable de la cocina, el premiado cocinero Rubén González, nos estaríamos imaginando a una encantadora señora, o no, con delantal a cuadros y desgastado. ¡Eskerrik asko, Rubén!.

Rubén Gonzalez, en sus fueros.



Un posterior trago de Luis Cañas 2005 cierra a la perfección estas cucharadas de historia gastronómica, dando paso a un pintxo crujiente de langostino con chupito de fumet (caldo de pescado), el cual viene en el original formato de una pequeña cafetera italiana.







Crujiente de langostino con fumet.


Los hermanos González han puesto a La Casa del Patrón en la lista de premiados y desde 1995 hasta 2012 han conseguido un meritorio reconocimiento. Este último como Mejor Pintxo del País Vasco elaborado con productos autóctonos certificados 'Euskolabel'.

Como buen ejemplo de ello la Crema de patata con yema de huevo y trufa negra, platillo que a pesar de ser un bocado que a día de hoy te lo encuentras en muchos sitios y en diferentes versiones, no puedes dejar de saborear y reconocer el acierto de usar un producto sencillo pero de calidad. Y sobre todo, no andarse con malabares en su elaboración. Es adorable la sencillez cuando sabe a gloria, aunque sea un sencillo Chipirón a la plancha jugoso y fresco.

Crema de patata , yema y trufa. ¿El mejor trío?Abajo, Chipirón a la plancha sobre patata panadera.


A gloria también nos supo las Manitas de cordero, agradeciendo la suavidad en la que venían guisadas, una salsa ligera de callos que se hizo digestiva para una cena, aunque nuestros estómagos estén acostumbrados a más caña en este tipo de guisos, todo hay que decirlo.

La gratitud con la que nuestros cansados cuerpos recibieron esta cena y la silla que la soportaba se podía ver reflejada en nuestras caras. Y fue Rubén quien terminó de dibujar nuestra sonrisa al traernos un buen final con La carrillada estofada. Salsa sin estruendos en especias y con la contundencia justa en un estofado para esas horas. Muy agradecida y tierna.

Suaves Manitas de cordero para acariciar el paladar. Abajo, Carrillada estofada.



Patxi González, con el equipo de Pupilas Gustativas. En breve publicaremos un reportaje
 audiovisual sobre esta santa casa.
La hospitalidad, el buen hacer y la simpatía de esta familia en las paredes que la cobija no se queda solo en el mantel. Una buena sobremesa, alegre y distendida, con los hermanos Patxi y Rubén González como anfitriones, encaminaron nuestros andares hacia una acogedora habitación sin echar en absoluto de menos la cama propia.

Contarles también que La Casa del Patrón albergará las I Jornadas de Alta Gastronomía en Miniatura los próximos 24 y 25 de febrero. El evento va dirigido a todos los hosteleros que quieran diferenciarse de la competencia, ofreciendo a sus clientes barras de calidad, unos menús variados y un gran surtido de cocina en miniatura. Los responsables de las Jornadas acercarán el trabajo ganador de los siete mejores cocineros de 2013, así como de tres maestros invitados, a los dueños y cocineros de los establecimientos participantes. Durante los dos intensos días de trabajo, los maestros ofrecerán clases teóricas y prácticas y participarán en tertulias en las que aclararán todas las dudas que planteen los asistentes a las Jornadas.
Sin lugar a dudas, una iniciativa que refuerza la apuesta de los hermanos González por la cocina de vanguardia.
¡Eskerrik asko, chicos!



1 comentario:

  1. interesante lo de las jornadaas del 24 y 25 de este mes. Con estos reportajes estimulais el apetito. Muy buena la comida de este último

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